Cuando nos lastimamos, nuestro cuerpo tiene un mecanismo de autocuración que crea nuevos tejidos y elimina bacterias e impurezas a través de las secreciones. Sin embargo, si una herida supura líquido amarillo, muchas personas se preocupan por si esto es un signo de infección. En este artículo, analizaremos las causas, el nivel de peligro y las formas de tratar una herida con secreción amarilla.
El líquido secretado por una herida es parte del proceso de curación. Puede ser plasma, pus o una mezcla de fluidos inflamatorios. El líquido amarillo puede aparecer durante la fase de recuperación, pero también puede ser un signo de infección.
Las secreciones de las heridas se dividen en las siguientes categorías principales:
Algunas heridas secretan un líquido amarillo claro en los primeros días porque el cuerpo está eliminando células muertas y generando nuevos tejidos. Esto es normal, siempre que el líquido no tenga mal olor ni aumente en cantidad.
Un líquido amarillo turbio, con mal olor o en gran cantidad puede ser un signo de infección. Las causas pueden incluir:
Si la inflamación persiste por mucho tiempo, puede ocurrir necrosis del tejido, lo que genera más secreción amarilla. Además, las personas con enfermedades crónicas como la diabetes tienen un mayor riesgo de infección.
No todas las secreciones amarillas son peligrosas, pero si aparecen los siguientes síntomas, debes acudir al médico de inmediato:
Estos síntomas pueden indicar una infección grave o complicaciones peligrosas como necrosis o septicemia.
Si la herida muestra signos de una infección leve, el médico puede recetar antibióticos tópicos u orales. No tomar antibióticos sin prescripción médica.
Si la herida no mejora a pesar de los cuidados adecuados o si los síntomas empeoran, es fundamental acudir al médico para una evaluación y tratamiento oportuno.
Una herida que supura líquido amarillo no siempre es peligrosa. Sin embargo, si aparecen síntomas anormales como mal olor, hinchazón, fiebre o una cicatrización lenta, es importante acudir al médico. Una buena higiene y un cuidado adecuado de la herida ayudarán a que cicatrice rápidamente y evitarán complicaciones graves.
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